paseaba entre los barcos.

Por los "pantalanes" iba,

mirando de lado en lado.

Me gustaba mirar siempre,

los veleros amarrados.

Mas... me llamó la atención

aquella barcaza grande.

Era fea... destartalada...

Era muy vieja y con remos.

Enseguida pregunté:

¿Qué está haciendo en este puerto?

Es extraño verla aquí

junto a lujosos veleros.

¿Por qué enmohecida está?

¿Por qué tiene el casco viejo?

¿No sabes? – Me respondieron –

Son "pateras" conque cruzan,

marroquíes el estrecho.

Su casco tiene con moho,

por las lágrimas dë ellos.

A unos, se los tragó el mar

y el resto llegó a este puerto;

Pero ya sin ilusiones

porque en el mar lo apresaron

y los devolvieron presto.

Aquello, me impresionaba...

Me estremecía por dentro.

No podía soportar,

El solo pensar en ellos.

Me imaginaba sus caras

llenas de ilusión y miedos,

mirando hacia el horizonte

y otras, mirando hacia el cielo.

Que mal deben de pasarlo,

cuando escapan de sus pueblos...

Aquí están esas barcazas,

mudas testigos de duelos,

donde apretujados pasan

buscando ese mundo nuevo.

Sus manos están vacías...

¿No haremos nada por ellos?

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MARISÚ