ROMANCE MARINERO
Paseando por el río, escuche como le hablaba un albatros joven y ágil a una barca que lloraba.
¿Por qué estás aquí varada? ¿Por qué no navegas ya? Yo recuerdo haberte visto, desafiando la mar.
Callada seguía la barca… No quería contestar. Le dolía demasiado recordar tiempos atrás. El albatros, inconsciente del dolor que le causaba, le seguía relatando lo que en el río le esperaba:
El río no es el mar. Sus aguas aunque son dulces, su fondo es un lodazal, y de estar ahí quieta siempre, poco a poco… te hundirás. Ahí no verás corales ni oirás sirenas cantar… No verás arenas rubias, que como un trigal hermoso de oro te cubrirán. En cambio, el fondo del mar con sus aguas transparentes, podrás ver el cielo azul… el fulgor de las estrellas, y el sol al irse a acostar. Pero en esas aguas turbias, donde tú varada estás, serán una tumba triste, que la luna no verás.
Lloraba aún más la barca, al albatros escuchar y le contó compungida cómo llegó a este lugar:
Mi patrón me quería bien, mientras las olas salvaba, cuando firme mi timón no dejaba que escorara. Orgulloso estaba él, cuando lo osaba llevar, a cruzar mares de ensueños, meciendo mi casco el mar. Más que navegar volaba… Mira a babor y a estribo... ¿No ves mi nombre? ¡GAVIOTA! Planeaba sobre el agua, como el ave bajo el sol. Pero un día mi patrón divisó una barca nueva, con el casco estilizado, y por ella me cambió. Aquí me dejó en el río y de mí ya se olvidó.
El albatros oía atento, el dolor de gaviota, Y le dijo tiernamente:
-Me quedaré yo contigo, a reponer tu alma rota..
Hoy he vuelto, otra vez, a pasear junto al río y me extrañó no ver ya aquel casco, casi hundido. Curiosa, yo pregunté: -¿Qué pasó con gaviota? ¿Está en el fondo del río? ¿Por qué su casco no flota?
-¿No sabes?- me respondieron – ¿Recuerdas aquel albatros? Pues se quedó con gaviota, haciendo un nido en su casco. Cada día, poco a poco, picoteó las amarras, hasta que las desgastó y libre bogó a la playa. Dicen que navegan juntos, que su casco brilla al sol y cruzando hermosos mares cantan y ríen los dos. En las noches que hay luna, de lejos se ven sus sombras abrazados como amantes, con el vaivén de las olas.. Feliz encontró gaviota, en albatros su patrón, que la amaba tiernamente, abrazada a su timón. Es la historia de una barca marinera y con bríos que la salvó un albatros de hundirse en aquel río. ********************** MARISÚ
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