ROMANCE MARINERO

 

Paseando por el río,

escuche como le hablaba

un albatros joven y ágil

a una barca que lloraba.

 

¿Por qué estás aquí varada?

¿Por qué no navegas ya?

Yo recuerdo haberte visto,

desafiando la mar.

 

Callada seguía la barca…

No quería contestar.

Le dolía demasiado

recordar tiempos atrás.

El albatros, inconsciente

del dolor que le causaba,

le seguía relatando

lo que en el río le esperaba:

 

El río no es el mar.

Sus aguas aunque son dulces,

su fondo es un lodazal,

y de estar ahí quieta siempre,

poco a poco… te hundirás.

Ahí no verás corales

ni oirás sirenas cantar…

No verás arenas rubias,

que como un trigal hermoso

de oro te cubrirán.

En cambio, el fondo del mar

con sus aguas transparentes,

podrás ver el cielo azul…

el fulgor de las estrellas,

y el sol al irse a acostar.

Pero en esas aguas turbias,

donde tú varada estás,

serán una tumba triste,

que la luna no verás.

 

Lloraba aún más la barca,

al albatros escuchar

y le contó compungida

cómo llegó a este lugar:

 

Mi patrón me quería bien,

mientras las olas salvaba,

cuando firme mi timón

no dejaba que escorara.

Orgulloso estaba él,

cuando lo osaba llevar,

a cruzar mares de ensueños,

meciendo mi casco el mar.

Más que navegar volaba…

Mira a babor y a estribo...

¿No ves mi nombre? ¡GAVIOTA!

Planeaba sobre el agua,

como el ave bajo el sol.

Pero un día mi patrón

divisó una barca nueva,

con el casco estilizado,

y por ella me cambió.

Aquí me dejó en el río

y de mí ya se olvidó.

 

El albatros oía atento,

el dolor de gaviota,

Y le dijo tiernamente:

 

-Me quedaré yo contigo,

a reponer tu alma rota..

 

Hoy he vuelto, otra vez,

a pasear junto al río

y me extrañó no ver ya

aquel casco, casi hundido.

Curiosa, yo pregunté:

-¿Qué pasó con gaviota?

¿Está en el fondo del río?

¿Por qué su casco no flota?

 

-¿No sabes?- me respondieron –

¿Recuerdas aquel albatros?

Pues se quedó con gaviota,

haciendo un nido en su casco.

Cada día, poco a poco,

picoteó las amarras,

hasta que las desgastó

y libre bogó a la playa.

Dicen que navegan juntos,

que su casco brilla al sol

y cruzando hermosos mares

cantan y ríen los dos.

En las noches que hay luna,

de lejos se ven sus sombras

abrazados como amantes,

con el vaivén de las olas..

Feliz encontró gaviota,

en albatros su patrón,

que la amaba tiernamente,

abrazada a su timón.

Es la historia de una barca

marinera y con bríos

que la salvó un albatros

de hundirse en aquel río.

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MARISÚ