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ILUSIONES ROTAS

 

Èrase una vez  

una gaviota

             que quiso volar               

lejos de la costa.

Decía a sí misma:

 

"Que bella es la mar...

que fresca la brisa.

¿Por qué he de estar siempre

en el mismo puerto?

¿Por qué no volar

por mares abiertos?

¿Por qué no soñar

con lindos veleros,

con olas gigantes

y con marineros?

 

A otras gaviotas

veía resignadas

su vuelo rasante

en la misma playa.

Sus ojos miraban

el azul del cielo

donde hermosas águilas

alzaban el vuelo.

 

"Solo volaré

un poco más lejos.

Nadie notará

este atrevimiento.

Un poquito hoy..."

 

- Decía ilusionada 

mientras comenzaba

a mover sus alas...-

 

Miraba de frente

las nubes tan altas...

!Mucho se alejaba

la gaviota osada!

Mas, iba feliz...

Volaba y volaba,

conociendo cielos

que nunca surcaba.

No veía aves,

ni veía nada...

Sólo un gran velero

navegando estaba.

Se acercó a él

atemorizada,

pero se sentía

rendida y cansada.

Se posó en el mástil

y plegó sus alas.

 

¡Que bien se está aquí!

 

- Decía entusiasmada -

 

Cuándo ya la noche

su manto extendía

se maravillaba

ver la luna arriba,

ver tantas estrellas,

ver esos luceros,

ver la osa polar,

ver... inmenso el cielo.

Sentía en su cara

la brisa marina.

Oían sus oídos

olas cantarinas...

¡Qué feliz que estaba

lejos de la orilla!

Pensando en su dicha,

se quedó dormida

.

Soñó que una hada

del mar emergía

y sobre su cola

posó su varita

 

"Pídeme un deseo

mi gaviota huida.

He visto que eres

valiente... atrevida.

No te has resignado

a estar en la orilla.

Querías volar

y ver maravillas".

 

Brillaban los ojos

de la gaviota...

Batía sus alas

alegre y dichosa.

 

"¿Qué me estás diciendo?

¿Que pida un deseo?

¿Hacer realidad,

lo que tanto anhelo?

Siempre deseé

ver a un marinero

cruzando los mares

en un gran velero

y yo a la vez

estar a su lado

con vestido azul

de blanco rallado".

 

De pronto se vio

con rubio cabello,

con ojos muy verdes

igual que el mar bello.

Su boca de fresa,

nariz de piñón,

con hermosas piernas

y un gran corazón,

Y que un marinero

la mira extasiado

y le ofrece estar

por siempre a su lado...

 

La luna se esconde.

Las estrellas huyen.

El sol por el Orto.

sus rayos refluyen.

 

El sol reluciente

despierta a gaviota...

 

No tiene ojos verdes

ni fresa es su boca.

No tiene cabellos,

son plumas sus ropas...

Su nariz es un pico,

sus piernas son cortas...

No había marinero

que amor le ofreciera,

ni brazos abiertos

que a ella acogiera.

Solo es lo mismo

su gran corazón

que sufre callado

su desilusión.

 

Se volvió a la playa

La pobre gaviota...

Haciendo del sueño,

ilusiones rotas.

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MARISÚ